Hebreo bíblico
| Hebreo | ||
|---|---|---|
| עִבְרִית ‘Ivrit | ||
| Hablado en | Lengua litúrgica del judaísmo | |
| Hablantes | 8 049 300 en Israel (2015) 220 000 en Estados Unidos (2000)[1] | |
| Familia | Afroasiático
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| Escritura | Alfabeto hebreo | |
| Estatus oficial | ||
| Oficial en | | |
| Regulado por | Academia de la Lengua Hebrea | |
| Códigos | ||
| ISO 639-1 | he | |
| ISO 639-2 | heb | |
| ISO 639-3 | heb | |
| Linguasphere | 12-AAB-a | |
| Glottolog | hebr1246 | |
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El idioma hebreo (עִבְרִית, ) es una lengua semítica noroccidental hablada en su forma moderna por más de ocho millones de personas en Israel y por las comunidades de la diáspora judía extendida en más de 80 países. El hebreo moderno se basa en el hebreo bíblico, una variante del cananeo abandonada en la antigüedad en favor del idioma arameo. A pesar de ser una lengua muerta el hebreo fue mantenido como lengua litúrgica por los judíos durante siglos y fue revivida a principios del siglo XX con la llegada de inmigrantes judíos al mandato británico de Palestina.
Los primeros esfuerzos para revivir el hebreo fuera del ámbito religioso ocurrieron durante la Haskalah o "ilustración judía", aunque el esfuerzo definitivo sería llevado a cabo por Ben-Yehuda que lo promovió en el contexto del sionismo. En la actualidad, el hebreo es, junto al árabe, el idioma oficial del Estado de Israel desde su establecimiento en 1948 y es el único caso exitoso de la historia de una lengua revivida. No obstante presenta grandes divergencias en la morfología, sintaxis y fonética respecto al hebreo bíblico, por la influencia del judeo-alemán (yiddish).
Filiación lingüística
El hebreo pertenece al grupo noroccidental de las lenguas semíticas y al subgrupo cananeo, que incluye también al fenicio-púnico, al moabita y al amonita.
Al otro subgrupo de las lenguas semíticas noroccidentales pertenece el arameo, que a su vez comparte similitudes evidentes con el hebreo y el fenicio. Posiblemente, algunas variedades de fenicio y algunas de hebreo fueran mutuamente inteligibles en un alto grado.
La palabra hebreo (ivrît) no fue usada en la lengua hasta el período asirio. En la Biblia se menciona «la lengua de Canaán» en Isaías 19:18.[2] Pero en II Reyes 18: 26, 28 hay una referencia específica a la lengua hebrea (mencionada en el texto sagrado como yehûdît, es decir, la «lengua judía» o «lengua de Judea») durante el período asirio. El Libro de Nehemías también recuerda que los jerosolimitanos hablaban yehûdît.[3] El Libro de Isaías y el Segundo Libro de Crónicas se refieren al hebreo como «la lengua de Judá».[4]
El hebreo bíblico y el fenicio tienen varias características en común, como la similitud entre algunas palabras cananeas que aparecen en las cartas de Amarna desde el siglo XIV a. C.
Para algunos, las palabras en Deuteronomio 26:5, «un arameo a punto de perecer fue mi padre» podrían ser indicio de que algunos ancestros de los israelitas hablasen arameo y que luego adoptaran la lengua de los cananeos, que más tarde se conocería como hebreo.[5]
Sin embargo, no se puede asegurar que ese pasaje transmita información relevante sobre historia lingüística.
Con todo, las afinidades del hebreo con la lengua cananea podrían ser explicadas sobre la hipótesis de que los israelitas y sus ancestros ya hablaban una lengua fuertemente relacionada con aquella de los cananeos.
Historia

El hebreo es una lengua con tres milenios de historia escrita. Los orígenes de la tradición hebraica se remontan a la Torá. En un período tan extenso, la lengua ha sufrido diversos procesos de cambio lingüístico. El hebreo antiguo y el hebreo moderno son lenguas emparentadas, pero tienen diferencias significativas en su pronunciación, gramática y léxico.[6]
Clasificaciones según etapas históricas
Considerando los períodos en que la lengua hebrea se usó y desarrolló, se aprecian diferencias entre el antiguo hebreo hablado de la Antigüedad y el hebreo moderno surgido a partir de su renacimiento, entre los siglos XIX y XX.
En muchas cuestiones, las dos formas difieren notablemente; en particular el hebreo moderno, que cuenta con numerosos préstamos de otras lenguas, lo que propicia que los israelíes sean muy tolerantes con los acentos extranjeros. En cierta medida, la gramática −relativamente sencilla−, del hebreo moderno facilita su aprendizaje.
Existe una clasificación adicional que distingue tres principales períodos históricos del hebreo premoderno:
- Hebreo antiguo
- Hebreo medieval.[9]
- Hebreo moderno
Hebreo antiguo

La estela de Tel Dan, escrita en hebreo a mediados del siglo VIII a. C., conmemora las victorias del rey sirio Hazael sobre Joram, hijo de Acab, rey de Israel, sobre Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, de la dinastía de David. Es la mención escrita más temprana respecto a esta dinastía.
Dado que el hebreo antiguo se usó durante casi catorce siglos, sufrió varios cambios, por lo que el hebreo más antiguo difiere en ciertos aspectos del más tardío. Una periodificación aproximada del antiguo hebreo es la siguiente:
- Hebreo bíblico arcaico, del siglo X a. C. al siglo VI a. C., correspondiendo con el período monárquico, hasta el exilio en Babilonia.
- Hebreo bíblico tardío, del siglo V a. C. al siglo III a. C., que corresponde con la dominación persa.
- Hebreo de los rollos del mar Muerto, registrado entre los siglos III a. C. y el siglo I, correspondiendo con el período helenístico y romano, anterior a la destrucción del templo de Jerusalén. Es la variante usada en los manuscritos del Mar Muerto (Qumrán).
- Hebreo de la Mishná, testimoniado entre los siglos I y III-IV.
El hebreo dejó de hablarse alrededor del siglo IV, aunque siguió utilizándose en la literatura y, sobre todo, en la liturgia y en contextos académicos. En Palestina, fue sustituido como lengua hablada principalmente por el arameo. En cuanto a la diáspora judía, destacan históricamente dos lenguas comunes: el yiddish de los judíos asquenazíes (del centro y este de Europa) y el ladino o judeoespañol de los sefardíes, procedentes de la península ibérica.
Hebreo moderno

El surgimiento el hebreo, como lengua moderna, inició con los trabajos, de Eliezer Ben-Yehuda, sionista de la Rusia zarista que se unió al Movimiento Nacional Judío, germen del Movimiento Sionista, y emigró en 1881 a la Palestina otomana. Motivado por los ideales de renovación y el rechazo del estilo de vida judío de la diáspora que lo rodeaba, Ben-Yehuda desarrolló una nueva lengua que los israelíes pudieran utilizar para la comunicación diaria.
Aunque al principio su trabajo fue despreciado, la necesidad de una lengua común comenzó a ser entendida por muchos. Pronto se formaría el Comité de la Lengua Hebrea, que más tarde se convertiría en la Academia de la Lengua Hebrea, una organización que existe hasta el siglo XXI. Los resultados de su trabajo y del comité se publicaron en un diccionario (La Kompleta Vortaro de la Hebrea Antikva kaj Moderna).
La obra de Ben-Yehuda encontró finalmente un terreno fértil y, para inicios del siglo XX, el hebreo se fue adoptando por algunas poblaciones judías como idioma principal, tanto en los territorios de la palestina turca, como en el movimiento sionista en la diáspora.[10]
Debido a que, hasta ese momento, la lengua hebrea era una lengua muerta de tipo litúrgico, su renacimiento como lengua materna se vio influenciado por el sustrato europeo de las lenguas de las diferentes comunidades que lo fueron adoptando, perdiéndose las faringales y algunas fricativas.
Sin embargo, algunos de estos fenómenos se vieron parcialmente revertidos, por influencia de las olas migratorias de judíos provenientes de países árabes, a partir de 1948. En cuanto a la estructura gramatical, el papel del hebreo como lengua vehicular en Israel dio lugar a nuevos usos no presentes en la variante bíblica.
Fuentes

Aunque la principal fuente para el hebreo clásico es la Biblia, también se puede encontrar en varias inscripciones de la Antigüedad.[11] Entre las principales, destacan:
- El Calendario de Gézer (siglo X a. C.), una lista de meses definidos por el trabajo agrícola característico realizado en ellos; las inscripciones Kuntillet 'Ajrud y Khirbe el-Qom (de finales del siglo IX o principios del siglo VIII a. C.), que mencionan a Yahveh y a su Asherah.
- Los Ostraka de Samaria (siglo VIII a. C.) que recoge pagos de vino, aceite, etc..
- La inscripción del túnel de Siloé (finales del siglo VIII a. C.), encontrada en el túnel construido por Ezequías bajo la ciudad de David para llevar agua del manantial de Gihon hasta la Reserva de Siloam.
- Las inscripciones en las Ostraka de Lachish (principios del siglo VI a. C.) con mensajes militares antes de la invasión babilónica.
- El Óstraco de Arad (del mismo periodo), que recoge las provisiones suministradas a los soldados.
- La Estela de Mesha (c. 830 a. C.), en la que el rey moabita Mesha se jacta de sus victorias sobre los israelitas, cuyo contenido está redactado en un lenguaje prácticamente idéntico al hebreo bíblico.
Aspectos dialectales históricos
Hay evidencia de que el hebreo antiguo no era una lengua homogénea, sino que existía diversidad dialectal entre grupos de israelitas. Jueces 12:5-6 documenta las diferencias en la pronunciación de la palabra «shibboleth», que servía para distinguir a los efraimitas de los galaaditas.
Así mismo, en los versículos 10 y 7 del cántico de Débora (Jueces 5), aparece el masculino plural acabado en -în y la partícula relativa sa-, de origen septentrional; frente a las formas -îm y aser, presentes en el dialecto de Judea.
Otras diferencias entre el hebreo del norte y del sur, se observan en la segunda persona del singular femenino del pronombre y en el sufijo pronominal. El relato del libro II Reyes (en el que el aparece el profeta del norte Elisha)[12] ha retenido también rasgos presentes en algunas inscripciones septentrionales.
Por ejemplo, la palabra hebrea para casa: bayit, que en las inscripciones norteñas se expresa como bt, pronunciado probablemente [bet]; o la palabra "año", expresada como st, en contraste con el sureño snh. Asimismo, el libro de Oseas contiene dificultades lingüísticas y textuales, algunas de las cuales pueden explicarse como reflejo del dialecto norteño del profeta.
Evolución histórica

El hebreo cambió con el paso del tiempo. La lengua del libro de las Crónicas, por ejemplo, es diferente del de Reyes. El arameo se convirtió en la lengua dominante en la región siriopalestina e influyó al hebreo y, finalmente, lo desplazó en algunas áreas.
Nehemías 13.24 se queja de que algunos niños de matrimonios mixtos ya no podrían hablar la lengua de Judá, sino que hablaban "la lengua de Ashdod". Es posible que se refiera no a un vestigio de la lengua filistea (aunque no se debe descartar), sino al arameo.
La lengua del Eclesiastés difiere marcadamente de la de los textos anteriores al exilio, y las peculiaridades lingüísticas del Cantar de los Cantares suelen atribuirse a una fecha tardía. Alguna gente, sin embargo, todavía podría escribir en el estilo primitivo, como se puede ver en el juicio de Jesús ben Sirá, escrito alrededor del 180 a. C. y en el parcial escrito de Qumrán. Con todo, tales ensayos de composición en hebreo clásico fueron intentos de arcaización. El prólogo a la traducción griega de Sirach también contiene el uso primitivo del término hebreo para la lengua del antiguo Israel.
La escritura rabínica de los primeros siglos de la era común usa una forma del hebreo conocida como hebreo misnaico (de la colección de tratados legales conocida como Misná, de ca. 200). Por entonces se creía que la gente común nunca había usado la lengua, sino que era una lengua erudita creada bajo la influencia del arameo.
Hoy en día generalmente se reconoce que los rabinos no confeccionaron una lengua erudita, sino que usaron la forma del hebreo que se desarrolló en los últimos siglos a. C. Tal conclusión emerge desde un estudio de la naturaleza de la lengua y de las referencias en los textos rabínicos hasta su uso por la gente ordinaria, y este uso vernáculo sin duda deja entrever su presencia en el trasfondo de los rollos Copper de Qumrán y en algunas cartas de la Segunda Revuelta Judía (132-135).
Aunque el hebreo se usó en Judá en el primer siglo como vernáculo, también se hablaban el arameo y el griego, y hay evidencias de que el arameo fue dominante al norte de Galilea. Jesús vino de Galilea y, probablemente, hablaba arameo. Algunas de sus palabras citadas en los Evangelios están en arameo, aunque otras (tales como "*abba" y "ephphatta") puedan ser tanto hebreas como arameas. No es improbable que también hablase hebreo, especialmente en sus visitas a Judea. Algunos estudios (ver enlaces externos) indican que lo más probable es que hablara hebreo con "acento de Galilea".
Varios versículos del Nuevo Testamento parecen, a primera vista, referirse a la lengua hebrea, y la palabra griega traducida como hebreo (hebraisti) se refiere a esa lengua en Apocalipsis 9,11; 10,16. Pero también se usan palabras del arameo tales como Gabbatha en Gólgota en Juan 19,13-17, lo que, probablemente, denota una lengua semítica (distinta del griego) hablada por los judíos, incluyendo tanto al hebreo como al arameo, más que referirse al hebreo en distinción del arameo. Igualmente, la expresión aramea Akeldema se dice en Hechos 1.19 en "su lengua", o sea, la lengua de la gente de Jerusalén.
Algún tiempo después de la Segunda Revuelta Judía, el hebreo murió como lengua vernácula en Palestina, probablemente a finales del siglo II o III. Sin embargo, siguió usándose como lengua religiosa, erudita y literaria y, en ciertas circunstancias, hablada. Solo a finales del siglo XIX se revivió como lengua vernácula y hoy es la lengua viva del Estado de Israel.
Escritura
La lengua hebrea se escribe de derecha a izquierda con un alfabeto de veintidós letras. Originalmente, denotaban solo consonantes, pero la V ו, Y י y la H ה también se usan para representar ciertas vocales largas y vocales al final de palabra (V = /u/; Y = /i/; H = /a/, /o/ y /e/; V e Y fueron usadas más tarde para /o/ y /e/, respectivamente) hasta, al menos, el siglo X a. C. y V é Y en el interior de palabra hasta el siglo IX. Estas consonantes auxiliares, escritas para denotar vocales, se emplean también en otras lenguas semíticas, y se denominan nikud (puntos).
En los textos procedentes de Qumrán y en escritos tardíos, las letras se usaban con más profusión para representar las vocales. El sistema completo de representación de vocales, añadiendo puntos a las consonantes, se desarrolló mucho más tarde, entre los siglos V y X.
El actual sistema de vocalización reproduce la pronunciación corriente de unos mil años después del final del periodo bíblico, aunque sin duda está basado en las primeras tradiciones de lectura de la Biblia.
Fonología
Esta sección hace una descripción del hebreo moderno, que difiere en un cierto número de aspectos del hebreo antiguo o bíblico. En la pronunciación, el hebreo moderno reduce el número de consonantes.
Vocales
El inventario vocálico del hebreo moderno es:
Este inventario difiere notablemente del hebreo antiguo, que tenía más fonemas vocálicos.
Consonantes
El inventario consonántico del hebreo moderno viene dado por:
Labial Coronal Palatal Velar Uvular Glotal Oclusiva simple p, b t, d k, g ʔ Africada simple ʦ Fricativa f, v s, z; ʃ χ, ʁ h Aproximante l j Nasal m n
Consonantes antiguas
El hebreo bíblico incluía sonidos que se han perdido en el hebreo moderno. Algunas de las consonantes semíticas originales eran:
- ʻÁyin (ע): originalmente una consonante faríngea sonora (ʕ), similar al sonido árabe `ʿayn (ع). En hebreo moderno suele pronunciarse como una vocal muda o como una simple pausa glotal.[16]
- Ḥet (ח): antiguamente una fricativa faríngea sorda (ħ), aunque hoy se realiza como una fricativa uvular sorda (χ).[17]
- Qof (ק): antes una oclusiva uvular sorda (q), era similar al sonido árabe Qaf ق ,ahora fusionada con la kaf (כ) como k en la mayoría de dialectos modernos.[18]
- Ghimel con dagueš (גּ): en ciertos contextos históricos se cree que representaba una fricativa velar sonora (ɣ). como en Arameo / Siríaco ܓ (gamal) o en árabe (غ) ghayn. Este sonido se conserva en comunidades yemenitas [19]
- Tet (ט): originalmente tenía un timbre enfático o faringealizado, posiblemente cercano a tˤ, similar al árabe ṭāʼ (ط).[20]
- Tsade (צ): pronunciado con énfasis, como una africada alveolar enfática t͡sˤ. Similar al sonido árabe ص.[21]
Estas distinciones aún se conservan en algunas lecturas litúrgicas tradicionales y en los acentos de comunidades sefardíes, yemenitas y mizrajíes.[22]
Gramática

En la gramática presenta un acercamiento a la sintaxis de las lenguas europeas, así como una importante cantidad de préstamos léxicos procedentes de dichas lenguas.
Desde el punto de vista tipológico, el hebreo es una lengua sintética con un alto grado de fusión. En cuanto al orden básico, el hebreo tiene SVO y usa preposiciones, con tendencia a ser núcleo inicial. Además, tiene alineamiento morfosintáctico de tipo nominativo-acusativo.
Hebreo y español

Las coincidencias entre el español y el hebreo antiguo son escasas, mientras que las existentes entre el español y el hebreo moderno son más numerosas. La razón de esto es que la lengua antigua tenía una exigua influencia de las lenguas origen del español, el latín y el griego, mientras que el hebreo moderno ha adoptado numerosos préstamos de ambos idiomas.
Además, la adopción por el Estado de Israel de la norma de pronunciación sefardí (frente a la asquenazí) supuso que la pronunciación moderna del hebreo sea casi igual a la de los judíos expulsados de España en 1492 y, naturalmente, próxima a la del español. Un ejemplo de ambas similitudes serían los nombres hebreos de numerosas ciencias: ביולוגיה (byológuia), גאוגרפיה (gueográfia), היסטוריה (historia), etc.
Entre las coincidencias está la presencia de dos géneros gramaticales (masculino y femenino) así como la relativa libertad del orden sintáctico en las frases. El orden SVO y el uso de preposiciones, así como una morfología nominal más o menos sencilla junto a una morfología verbal más compleja y de tipo fusionante.
Entre las diferencias entre el hebreo antiguo (junto con otras lenguas semíticas) y el español están la presencia en el primero de las consonantes guturales ʕayin y het; las consonantes enfáticas tet, tsadik y kuf (tipos de /t/, /s/ y /k/); la sibilante sin (probablemente, la misma que hay en dialectos sur-arábigos modernos) junto con samej (/s/) y sin (/s/). En el hebreo moderno, sin embargo, tales consonantes se pronuncian con sonidos exactamente iguales que en el español:
- ʕayin no se pronuncia - het como j /x/ - tet como t /t/ - tsadik como ts /ts/ - kuf como 'c, q /k/ - sin como s /s/ - samej como s /s/
Otras diferencias son el uso de la forma dual para ciertas formas de algunos nombres que aparecen en parejas (ej. ojos, orejas, pies); el hecho de que muchas palabras deriven de raíces de tres consonantes; y un sistema verbal en el que el uso de ciertas vocales y consonantes denota diferencias en el significado (ej. katab "él escribió"; niktab "eso fue escrito"; hiktîb "él hizo escribir") y en el que hay dos formas, las llamadas perfecto e imperfecto, que fueron usadas en los últimos tiempos para denotar el pasado y el futuro, pero que todavía se debate cómo habían sido empleadas en los primeros tiempos.
Las escasas similitudes semánticas entre ambas lenguas se deben, además de la influencia latina y griega sobre el hebreo moderno, a la influencia del árabe sobre el español, que introdujo palabras semíticas similares en algunos casos al hebreo: לימון limón (limón). Existen además préstamos directos del hebreo bíblico al español, como 'aleluya', 'amén' o 'mesías', así como gran cantidad de nombres de pila como Juan, José, María, Jesús, Ana, Manuel, Santiago, etc.
Referencias
- United States Census Boreau (2000). «Census 2000 PHC-T-37. Ability to Speak English by Language Spoken at Home: 2000». Ability to Speak English by Language Spoken at Home (PHC-T-37) (en inglés). Consultado el 6 de abril de 2013.
- "En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablen la lengua de Canaán" (Isaías 19:18).
- "Vi también en aquellos días que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, Amón y Moab; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod o las de otras naciones, pero no sabían hablar la lengua de los judíos" (Nehemías 13:24-25).
- Isaías 36:11, 13; 2 Crónicas 32:18 Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine..
- «Deuteronomio 26:5». Archivado desde el original el 29 de julio de 2015. Consultado el 7 de julio de 2015.
- Análogamente, el latín y las diferentes lenguas románicas son idiomas emparentados, pero difieren en un número de aspectos, de modo tal que los hablantes de las últimas no necesariamente llegan a comprender el latín sin previo aprendizaje del mismo.
- Hebreo clásico Archivado el 6 de julio de 2015 en Wayback Machine., Cafetorah.com, 2011 (consultado 6 de julio de 2015).
- Hebreo mishnáico Archivado el 7 de julio de 2015 en Wayback Machine., Cafetorah.com, 2011 (consultado 6 de julio de 2015).
- [1] Archivado el 6 de julio de 2015 en Wayback Machine. Hebreo medieval, Cafetorah.com, 2011 (consultado 6 de julio de 2015).
- Tribuna Israelita (ed.). «Sionismo: orígenes del Movimiento Nacional Judío» (en español). Archivado desde el original el 26 de julio de 2020. Consultado el 26 de julio de 2020.
- Como es posible corroborar a través de los numerosos ejemplos preservados en el Museo de Israel en Jerusalén.
- 2Reyes 4
- R. Errell y D. Pegaz: "The floor mosaic of the ancient Bet Alpha synagogue showing an allegorical illustration of the sun surrounded by the twelve signs of the Zodiac" (Israeli Postage Stamp Catalog).
- En astronomía, el zodiaco (del griego "zoon-diakos" que significa rueda de los animales) es una banda que circunda la esfera celeste y que es lo suficientemente ancha para contener al sol.
- En hebreo, תקופות—Tkufot.
- Blankenberg-van Delden, Anneli (1951). The Consonantal System of Biblical Hebrew. Brill.
- Kaufman, Stephen (1983). The Tiberian Pronunciation of Biblical Hebrew. De Gruyter.
- Kraemer, Joel (1993). «The Pronunciation of Qof in Ancient Hebrew». Hebrew Studies 34: 44-48.
- Munk, Yehuda (1971). The Sound System of Biblical Hebrew. Feldheim Publishers.
- Hayim, Ilan (2002). Studies in the Phonology of Biblical Hebrew. Bar Ilan University.
- Rosenthal, Georg (1995). Phonetic Studies in Biblical Hebrew. Brill.
- Ben-Ḥayyim, Ya'aqov (2006). The Phonology of the Hebrew Language. Magnes Press.
Véase también
Portal:Judaísmo. Contenido relacionado con Judaísmo.- Hebreo cuadrado
- Hebreo tiberiano
- Hebreo medieval
- Idish
- Numeración hebrea
- Beth Hatefutsoth
- Arte judío
- Historia de los judíos
- Tierra de Israel
Bibliografía
- Hoffman, Joel M, In the Beginning: A Short History of the Hebrew Language. New York: NYU Press. ISBN 0-8147-3654-8.
- Izre'el, Shlomo, "The emergence of Spoken Israeli Hebrew", in: Benjamin Hary (ed.), The Corpus of Spoken Israeli Hebrew (CoSIH): Working Papers I (2001)
- Kuzar, Ron, Hebrew and Zionism: A Discourse Analytic Cultural Study. Berlin & New York: Mouton de Gruyter 2001. ISBN 3-11-016993-2, ISBN 3-11-016992-4.
- Laufer, Asher. "Hebrew", in: Handbook of the International Phonetic Association. Cambridge University Press 1999. ISBN 0-521-65236-7, ISBN 0-521-63751-1.
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- Zuckermann, Ghil'ad, 2003. Language Contact and Lexical Enrichment in Israeli Hebrew. Palgrave Macmillan. (ISBN 9781403917232 / ISBN 9781403938695)
Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre hebreo.
- Evolución del alfabeto hebreo: proto-hebreo (hebreo arcaico) y hebreo cuadrado (hebreo judaico)
- Roni Goldberg: El renacimiento del idioma hebreo (en formato pdf)
- Catálogo de recursos para aprender el hebreo
- Guía de lenguaje Hebreo
- AishLatino.com
- Diccionario Hebreo - Español
- Diccionario Inglés - Hebreo
- Curso de hebreo gratuito para estudiantes de habla hispana (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
- Encuentran en Israel un texto hebreo de 3000 años, el más antiguo conocido
- Vocabulario básico hebreo con locuciones
- Idioma hebreo
- Judaísmo
- Cultura judía
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